En Mezclab creemos que el mezcal no solo se bebe… se vive. En cada botella hay siglos de tradición, manos artesanas y el espíritu de la tierra oaxaqueña. Nuestro compromiso es acercarte mezcales auténticos, creados con paciencia y respeto, para que descubras el verdadero sabor de México.
Del agave a la copa: un ritual artesanal
El proceso comienza con agaves que maduran entre 8 y 20 años, como el espadín, el cuishe o el mexicano. En Las Tonas y Gente de Mezcal, la cocción se realiza en hornos cónicos de piedra, aportando ese toque ahumado que distingue a un buen mezcal. La fermentación es natural, y la destilación en alambique de cobre o barro conserva el carácter único de cada variedad.
Sabores que cuentan historias
Cada etiqueta guarda un perfil distinto:
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Las Tonas: mezcales que honran la mitología zapoteca, como el Umbeel (Serpiente) añejo y el Umbe (Coyote) reposado.
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Gente de Mezcal: expresiones limpias y elegantes como el Cuishe y el Espadín, que revelan notas herbales, frutales y minerales.
El resultado: aromas que van de lo floral y cítrico a lo terroso y ahumado, dependiendo del agave, la leña y el tiempo de reposo.
Oaxaca: cuna del mezcal
Oaxaca produce cerca del 90 % del mezcal en México. La Denominación de Origen garantiza que cada sorbo que llega a tu copa sea genuino, elaborado por manos expertas en comunidades que han pasado el saber de generación en generación.
Vive la experiencia
En Mezclab no solo te llevas una botella: te invitamos a formar parte del Club, donde podrás recibir ediciones especiales, aprender sobre procesos, maridajes y probar los mezcales artesanales que ofrecemos.

